La WFSA unió fuerzas con la Global Health Foundation, Save the Children, el Task Force for Global Health y Women Deliver para presentar la siguiente declaración durante la 75ª Asamblea Mundial de la Salud sobre el punto 15 del orden del día: Recursos humanos para la salud.
En el transcurso de la pandemia de COVID-19, nos ha alentado ver la mayor atención prestada a una serie de cuestiones que afectan al personal sanitario, especialmente porque la pandemia ha cobrado un precio tan alto entre los trabajadores sanitarios de todo el mundo. Sin embargo, hay muchos retos pendientes que exigen atención urgente. Las protestas de los trabajadores sanitarios han aumentado, con cerca de cuatro mil en 85 países entre 2020 y 2021. Esta Asamblea debe ser un punto de inflexión para el personal, ya que la situación actual no es sostenible.
Pedimos a los Estados miembros que garanticen:
- Reconocimiento y remuneración del trabajo "voluntario" actualmente no remunerado, realizado principalmente por mujeres.
- Trabajar sin violencia, discriminación ni acoso.
- Trabajo decente, seguridad, remuneración justa e igualdad de oportunidades de promoción profesional y liderazgo para las trabajadoras de la salud y la asistencia, así como para los jóvenes que se incorporan al personal sanitario y asistencial.
- Pleno apoyo al Plan de Acción Trabajar por la Salud (2022-2030), incluido un apoyo financiero mucho mayor para el Fondo Fiduciario de Socios Múltiples. Se necesitan esfuerzos adicionales para hacer avanzar esta agenda a nivel nacional. Estamos dispuestos a apoyar esta labor.
- Mejor integración de los trabajadores sanitarios comunitarios en el personal sanitario en el contexto de las inversiones en atención primaria.
- Transparencia e innovación en cualquier nueva iniciativa de personal sanitario, incluida una definición clara de las nuevas inversiones y asociaciones que incluirá.
- Invertir en el fortalecimiento del personal sanitario centrándose en la formación médica continua y creando entornos de trabajo seguros y equitativos con instalaciones de alta calidad. Esto puede contribuir al bienestar profesional, que tiene un vínculo directo con la atención centrada en el paciente.
COVID-19 ha puesto de relieve el bienestar profesional de un personal sanitario crónicamente sobrecargado y falto de recursos. Debemos abordar estas cuestiones de forma holística
