El Dr. Wayne Morriss, Presidente de la WFSA, habla con el sitio web de noticias neozelandés Stuff sobre el trabajo en entornos en los que la cirugía segura no es un hecho.
Artículo original publicado en Stuff, 4 de enero de 2023:
La mayor parte de la población mundial no tiene acceso a una anestesia y una atención quirúrgica seguras, afirma un anestesista de renombre internacional.
El Dr. Wayne Morriss, de Christchurch, es el primer presidente neozelandés de la Federación Mundial de Sociedades de Anestesiólogos (WFSA), organización mundial que representa a unos 300.000 médicos.
A Rachel Thomas, reportera jefe de sanidad, le cuenta cómo es trabajar en un entorno en el que la seguridad quirúrgica no está garantizada y cómo se esfuerza por cambiar esa situación.
Como pacientes de Nueva Zelanda, vamos a los hospitales y esperamos hospitales seguros y personal seguro. Pero hemos visto que no es así en todas partes.
Correcto. La realidad para cerca del 75% de la población mundial es que no se dispone de ese nivel de atención sanitaria, y eso incluye el acceso a anestesia y cuidados quirúrgicos seguros.
Un estudio llamado The Lancet Commission on Global Surgery que se publicó en 2015 descubrió que 5.000 millones de los 7.000 millones de habitantes del mundo en ese momento no tenían acceso a anestesia y atención quirúrgica seguras. Creo que es una estadística bastante impactante. Estamos hablando del acceso a cirugías esenciales, de urgencia y que salvan vidas, como las cesáreas y el tratamiento de urgencias quirúrgicas como la apendicitis.
En muchas partes del mundo, el acceso a la anestesia para la cesárea es bastante limitado. Sabemos que cuando las mujeres se someten a una cesárea puede haber una mortalidad muy elevada, y alrededor del 99% de las muertes durante el parto se producen en países con menos recursos.
Hablando de inseguridad, usted ha trabajado en hospitales en el extranjero bajo la ley marcial, ¿cómo fue?
Mi familia y yo nos trasladamos a Fiyi en abril de 2000, y unas cinco semanas después de nuestra llegada el país sufrió un golpe de estado en el que el gobierno permaneció secuestrado durante un par de meses. Unos seis meses después hubo un motín en el principal cuartel militar... fue como un curso intensivo de trabajo en un entorno realmente bajo presión. Creo que eso me ayudó a comprender mejor lo que es ofrecer la mejor atención sanitaria posible cuando los recursos son escasos.
Creo que en ese periodo de seis meses tras el golpe se produjeron unas 72 muertes relacionadas con el golpe. El motín de noviembre de 2000 se saldó con bastantes soldados heridos de bala.
También ha trabajado en un campamento quirúrgico en el remoto oeste de Nepal con la Fraternidad Internacional de Nepal. ¿Cómo fue?
Tuvimos que volar en avión y luego 15 horas en jeep para llegar a un pueblo llamado Mangalsen. Allí pasamos 10 días viendo pacientes... Estábamos en una escuela reconvertida, así que no era un hospital.
La radio local anunció la llegada de este grupo, así que los pacientes caminaron durante días... algunos con grandes cálculos renales [y] hemorroides, que realmente afectaban a la vida de los pacientes. Algunos tuvieron que ser operados de la vesícula biliar. Algunos tenían grandes hernias.
Caminar durante días con hemorroides o cálculos renales suena a infierno.
Sí, supongo que se debe a años de vivir en estas condiciones y a las escasas oportunidades de recibir atención sanitaria.
¿Cuáles son algunas de las dificultades de prestar asistencia vital en un entorno inestable, incluido un entorno de guerra como Ucrania?
La Sociedad Ucraniana es miembro [de la WFSA]... y los anestesiólogos desempeñan un papel muy importante en los cuidados quirúrgicos, la reanimación, los cuidados críticos y el tratamiento del dolor. La otra cosa que se ve es cómo están teniendo que lidiar con todos esos problemas de infraestructuras porque Rusia está atacando las infraestructuras, así que trabajan y viven sin luz ni calefacción adecuadas.
Otra cosa es lo psicológicamente traumático que es tratar con víctimas de la guerra y la violencia. Ya vimos su impacto cuando se produjo el tiroteo de la mezquita. Es muy duro tratar con víctimas de la guerra, porque son jóvenes, a menudo tienen heridas terribles y tienen que someterse a procedimientos horribles, como amputaciones, y algunos mueren.
Estos hombres [en Ucrania] se ocupan de los heridos, pero también de toda la carga quirúrgica en curso: los cuidados intensivos, las mujeres que necesitan cesáreas, las personas con fracturas óseas y otras urgencias quirúrgicas. Y creo que eso es en lo que la gente no suele pensar en muchas catástrofes en todo el mundo.
¿Qué se te pasa por la cabeza cuando conoces a alguien que ha sido víctima de algún tipo de violencia innecesaria como la que describes?
Sin embargo, creo que la mayoría de nosotros nos centramos bastante en la tarea. Miramos al paciente que tenemos delante. A menudo no pensamos demasiado en la historia y pensamos en lo que hay que hacer desde el punto de vista de la reanimación, desde el punto de vista de las vías respiratorias, la respiración y la circulación. Y nos basamos en nuestra experiencia y conocimientos para atender al paciente de la mejor manera posible.
Artículo publicado originalmente en www.stuff.co.nz, Jan 04 2023.
Autor: Rachel Thomas
